Aspen (Álamo Temblón), la flor de Bach para el miedo a lo desconocido

La Característica de Aspen es que su esencia está basada en ese tipo de miedo que no puede ser definido ni explicado, o sea el miedo a lo desconocido.

Muchas veces está relacionado con pensamientos sobre la muerte. Miedo a la muerte de un familiar, miedo a la muerte en sí misma. Pero si vamos mucho más allá, veremos que ese miedo es en resumen “el tipo de miedo de no saber qué pasará después de la muerte”.

Muchas veces las personas en estado Aspen se inquietan por sensaciones que puedan tener de presencias no visibles a sus ojos, provocando nuevamente ese estado de miedo.

Las características psicosomáticas que suelen sufrir las personas que viven el estado negativo Aspen son algunas como: angustia, sonambulismo, pesadillas, pensamientos apocalípticos, escalofríos, insomnio, tensión en los ojos, nerviosismo, etc.

Las personas en estado Aspen suelen percibir los entornos cargados negativamente, debido a su sensibilidad hacia lo desconocido, por lo que suelen huir de ellos diciendo normalmente que no se sienten a gusto en ese lugar. Es importante que lo tengan en cuenta y hacer caso de su “sexto sentido”.

Cuando viven este estado negativo de la flor suelen decir “se que va a pasar algo, pero no se el qué ni cuando”. Una frase de este tipo es una de las características que ayudan al diagnóstico de esta flor.

Por eso mismo la toma de Aspen aporta seguridad y valor.

Esta flor también está indicada para las personas que empiezan a experimentar las técnicas energéticas tales como yoga, tai chi, reiki, renacimiento, regresiones, ya que al estar en un plano donde se trabaja la sensibilidad a las energías desconocidas, muchas de ellas despiertan la capacidad de videncia, clariaudiencia o incluso la sensibilidad a notar movimientos o corrientes energéticas, sin poder verlo con sus ojos.

Por ello suelen asustarse y muchas veces incluso lo viven con angustia por no querer hablarlo para evitar “hacer el ridículo”.