Para abrir tu corazón a los Ángeles, debes comprender que los Ángeles han sido enviados a cuidar y proteger a la humanidad, por el gran amor que el Creador le tiene a la raza humana. Les voy a dar un ejercicio sencillo para hacerlo.

Acostúmbrate a invocar a los Ángeles y pídele que te protejan, que protejan a tus hijos, a tu casa, tu trabajo, negocio, carro, amigos, seres queridos, a todo lo que te rodea.

Si sentimos amor en nuestro corazón dejamos el miedo afuera, todos los males desaparecerán de nuestras vidas y la humanidad se encaminará a la Edad de Paz.

Los Ángeles nos enseñan que debemos amar, desterrar de nuestro ser todo sentimiento negativo; de odio, miedo, agresiones, etc.

Ante una situación de violencia o miedo, concédete unos segundos antes de actuar, cuando sientas que tienes miedo, o ira, etc., cierra los ojos, toma aire, coloca la mente en Dios o en el amor y mira a tu interior, reflexiona, pide a Dios que te oriente y te fortalezca.

Este ejercicio nos tomará varios segundos y lo podemos realizar en cualquier momento y varias veces al día.

Tómate un segundo de tu tiempo, y efectúa tres respiraciones suaves y lentas, centra tu atención en el flujo respiratorio, visualiza como el aire entra y sale de tu cuerpo y percibe como tu mente se va serenando.

Ahora, realiza una inhalación profunda, siente cómo el aire entra a tus pulmones, percibe la energía que estás recibiendo.

Deja salir el aire en forma suave, suelta toda la tensión acumulada en el cuerpo, especialmente en la mente, siente como la mente se serena.

Vuelve a aspirar el aire, es una respiración suave, lenta y profunda, centra tu energía en el corazón, siente como se llena de energía vivificante y relajante.

Centra la atención en Dios y en el amor que todo lo llena. Invoca la presencia de los Ángeles para que te asistan y te llenen de luz.

Deja escapar el aire y siente tu cuerpo y tu mente relajados. Expulsa del cuerpo, así como expulsa el aire, toda la energía negativa de miedo o de ira, libérate de esos sentimientos destructivos que estuviesen en tu interior.

Ahora, vuelve a inhalar el aire, suave lenta y profundamente, concentra la atención en tu interior, visualiza como la luz del amor lo inunda todo.

Deja salir el aire y siente tu cuerpo y tu mente relajados. Respira profundamente y percibe la sensación de descanso y de tranquilidad.

Siente tu cuerpo relajado y lleno de energía. Da gracias a Dios por todo lo recibido y por la bendición de ponerse en contacto con los Ángeles.

Este instante de reflexión les abrirá las puertas del cambio, de la transformación, aprenderá a no actuar a las primeras, a actuar sin pensar.

Cuando aprendemos a reflexionar en cada acto de nuestra vida, en ese momento estamos dando un paso adelante en nuestra evolución. Es ser consciente en cada momento de la vida.

Agradece al Creador por darte todas sus bendiciones, agradece a los ángeles por su ayuda y protección.

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