Hace un tiempo, una de mis maestra de reiki, feng shui y astrología China al escucharme decir que quería quitar los dulces de mi vida
Me dijo CUIDADO CON TUS PALABRAS y me explico que nuestro cuerpo físico nos escucha y tiende a cumplir con lo que le pedimos.
Yo me refería a bajar la dosis de azúcar que consumo, porque me encanta el dulce y normalmente me excedo.
Pero no use las palabras correctas y ella me hizo entender que estaba decretando y ordenando a mi cuerpo que eliminara lo dulce en mi vida.
A partir de ese día tomando en cuenta su recomendación comencé a investigar, a documentarme sobre el tema.
Siempre lo hago, estudio mucho, mis ansias de aprender son enormes. y encontré la siguiente información que lo explica muy sencillamente de la afamada Metafísica Connie Mendez y se los comparto con mucho amor.
«Te propongo que pongas atención a todo lo que tú decretas en un solo día. Vamos a recordártelo.
“Los negocios están malísimos”.
“Las cosas andan muy malas”.
“La juventud está perdida”.
“El tráfico está imposible”.
“El servicio está insoportable”.
“No se consigue servicio”.
“No dejes eso rodando porque te lo van a robar”.
“Los ladrones están asaltando en todas las esquinas”.
“Tengo miedo de salir”.
“Mira que te vas a caer”.
“Cuidado que te matas”.
“Te va a pisar un carro”.
“¡Vas a romper eso!”.
“Tengo muy mala suerte”.
“No puedo comer eso, me hace daño”.
“Mi mala memoria …”,
“mi alergia…”,
“mi dolor de cabeza…”,
“mi reumatismo…”,
“mi mala digestión…” .
No te sorprendas ni te quejes si al expresarlo lo ves ocurrir. Lo has decretado.
Has dado una orden que tiene que ser cumplida. Ahora recuerda y no olvides jamás, cada palabra que pronuncias es un decreto.
Positivo o negativo Si es positivo se te manifiesta en bien.
Si es negativo se te manifiesta en mal, si es contra el prójimo es lo mismo que si lo estuviera decretando contra ti. SE TE DEVUELVE.
Si es bondadoso y comprensivo hacia el prójimo, recibirás bondad y comprensión de los demás hacia ti.
Y cuando te suceda algo molesto, negativo, desagradable, no digas “¡Pero si yo no estaba pensando ni temiendo que me fuera a suceder esto!”.
Ten la sinceridad y la humildad de tratar de recordar en cuáles términos te expresaste de algún prójimo.
En qué momento salió de tu corazón un concepto viejísimo, arraigado allí, que tal vez no es sino una costumbre social como la generalidad de esas citadas más arriba y que tú realmente no tienes deseos de seguir usando.
Conny Mendéz