Pintar mandalas ayuda al equilibrio emocional y al autoconocimiento. Ayudan a combatir el estrés, la angustia, el insomnio, la ansiedad, la depresión, mejorar la paciencia, la autoestima, la memoria y la capacidad de concentración.

Antes de conocer el significado más profundo de esta técnica, los invito a pintar un mandala y disfrutar del momento.

Impriman los que les obsequio para descargar. Pongan atención a las sensaciones que provoca en su cuerpo y mente.

Creyones en mano, elijan con rigor las tonalidades,  las energías se canalizan todas hacia un único objetivo, y entonces uno “desconecta”, se entra en una suerte de “piloto automático” cerebral con el que se logra un descanso más pleno. La experiencia es tan nítida como satisfactoria.

Se dice que los mandalas, son representaciones pictóricas del Cielo, del hogar donde habita aquel Dios en el que cada uno cree.

El psiquiatra Carl Jung fue un entusiasta investigador del efecto curativo que poseen las imágenes circulares en el alma. Sin ambigüedades, él planteó que pintar mandalas ofrece “tranquilidad y sosiego”, tanto a personas psíquicamente sanas como a los enfermos.

Descarguen sus mandalas y a colorear